domingo, abril 06, 2008

Budi... el lago de los cisnes

El lago Budi es parte del asentamiento ancestral de Mapuches Lafkenches (gente de mar). Es también lugar de parada, de descanso y alimentación de aves migratorias... y de cisnes de aterciopelado cuello negro.


La sensiblidad de Augusto Winter (1868-1927) recoge parte de la Contradicción y Dolor Mapudungún... tolerar la destrucción de los ecosistemas por respeto a la vida y a conquistadores que lo primero que corrompen es su propia Biblia. Ya sin Dios... todo se les hace mas fácil y prevalece el juego bonito de la taza de interés... de la belleza del mall... donde prevalecen los amores de mercado por sobre el amor a la tierra y a la magía de musa.


Me conectaré al sentimiento Mapudungún y por 72 horas... me alejaré... volveré a caminar desde Puerto Saavedra al Budi y viceversa. La brisa, al ir o venir, cambia su conversación... pero siempre me trae el eco dulce de su voz. Que hoy, mañana y pasado será también tu piel.


La Fuga de Los Cisnes


Augusto Winter


Reina en el lago de los misterios tristeza suma:

Los bellos cisnes de cuello negro de terciopelo

y de plumaje de seda blanco como la espuma

se han ido lejos porque del hombre tienen recelo.


Eran del lago la nota alegre, la nota clara

que al panorama prestaba vida y animación,

ya fuera un grupo que en la ribera se acurrucare,

ya una pareja de enamorados en un rincón.


¡Cómo era hermoso cuando jugaban en la laguna

batiendo alas en los ardientes días de sol!...

¡Cómo era bello cuando vertía la clara luna

sobre los cisnes adormecidos su resplandor!...


El lago amaban donde vivían como señores

los nobles cisnes de regias alas; pero al sentir

cómo implacables los perseguían los cazadores,

buscaron, tristes, donde ignorados ir a vivir.


Poco a poco se han alejado de los parajes

del Budi hermoso, que ellos servían a decorar,

yéndose en busca de solitarios lagos salvajes

donde sus nidos, sin sobresaltos, poder formar.


…Reina en el lago de los secretos tristeza suma

porque hoy no vienen sobre sus linfas a retozar,

como otras veces, los nobles cisnes de blanca pluma,

nota risueña que ya no alegra su soledad.


Si por ventura suelen algunos cisnes ausentes

volver, enfermos de la nostalgia por contemplar

el lago amado de aguas tranquilas y transparentes

¡lo hallan tan triste que, alzando el vuelo, no tornan más!

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